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lunes, 25 de septiembre de 2017

Este domingo, haciendo cantera...









Este fin de semana he aparcado a los colegas, y me he ido a pedalear con un par de futuros bikers; uno es mi hijo Luis y el otro un colega suyo y vecino, Alex. 

Ninguno de los dos sabían muy bien lo que iban a hacer, a dónde íbamos a ir a pedalear, y estaban algo inquietos. Solo les dije que veríamos un par de nacimientos de ríos. Dicho así parece algo natural, pero en este país no hay muchos lugares en los que uno pueda ir a dos nacimientos de ríos en una mañana; Granada es uno de esos extraños y maravillosos lugares, en los que eso ocurre.







No les hice madrugar demasiado, pero si queríamos estar a las diez en Huetor Santillan, había que quedar sobre las nueve y media. Los chicos fueron muy puntuales y salimos de casa a tiempo. Les pedí que llevaran una sudadera, por si hacía fresco, unos bocatas para la ruta, y por supuesto material por si pinchábamos. Luisete, el finde pasado aprendió a arreglar pinchazos, en el stand que Sulayr Bike Studio puso en La fuente de la Batallas, en un espacio que el ayuntamiento les habilitó, aprovechando la semana Europea de la movilidad.

El día amaneció perfecto, ni frío ni calor; la verdad es que las sudaderas no se las tuvieron que poner en ningún momento. 







Nos montamos en el coche y entre la musiquita y las cosillas que les iba contando, conseguí que por momentos se espabilaran, y por momentos no les prestaran tooooda su atención a sus movilles, y eso tiene mérito eh, muuuucho mérito!








Al llegar a Huetor fuimos en busca de un sítio en el que dejar el coche, descargar las tres bicis, y comenzar a pedalear. 









Al princípio iban algo timoratos, pero se fueron soltando poco a poco. Por allí me encontré a un colega biker, Paco, con el que estuve charlando unos minutos. Andaba haciendo senderos desde las siete y media de la mañana, eso si que es pasión!!!










No tardamos mucho en llegar a la altura del nacimiento del río Darro, pero no les dije nada, continuamos pedaleando por un estrechito y precioso sendero que hay una vez que dejas la pista que sale del pueblo. Ya se pueden ver los ocres del otoño.

Llegamos a una zona de roqueo y bici en mano la pasamos, bueno yo no me pude resistir y burraquee un poquito, luego seguimos pedaleando por entre los pinos que acotan el sendero. Este sube y baja. De pronto recordé que un día que iba por estos campos, vi a unos cazadores en busca de jabalies, y les comenté que por allí podíamos tropezarnos con alguno...









El camino se puso complicado y decidimos darnos la vuelta hasta el nacimiento. Al llegar comimos algo y estuvimos escalando unas roquitas que por allí hay, y tirándonos algunas fotillos.

















Les sorprendió que el agua brotara desde el interior de la tierra, la verdad es que es muy sorprendente. Aprovechamos para leer el cartel en el que explica la importancia de este río en la vida de nuestra ciudad, y más atrás, lo que supuso en su momento para la Alhambra, ya que esta se servía del Darro para cubrir sus necesidades. El agua era primordial en su cultura, y para sus jardines, fuentes y huertos.








El camino de vuelta fue rápido, pero me alcanzó para sacar una fotillo a un caballo con su jinete; que bicho tan bonito, el caballo jajajaja. A Alex le imponen algo estos animales, pero a Luisete y a mi nos encantan.








Cargamos las bicis en el coche y partimos. Para ir desde Huetor al nacimiento del río Aguas Blancas, pasamos por Beas, bajamos a Quentar y subimos hacia el pantano de Quentar. Muchos ciclistas nos fuimos encontrando en nuestro camino al nacimiento, y los chicos les daban ánimos que  los bikers agradecían con una sonrisa. 

Llegamos a las inmediaciones del nacimiento y descargamos las bicis. Esta ruta es más durilla, es casi todo para arriba y tuve que frenarles un poco o no llegarían al final. Alex, que es muy animoso se nos adelantaba, pero nos iba esperando cada poco. En un momento dado comprendió de la importancia y oportunidad del "molinillo..." 










Por aquí hay mucho chopo, que tambien está empezando a cambiar el color de sus hojas. A Alex, que está muy interesado en estos temas, le llama la atención.

Mas coches que ciclistas subían, pero nosotros a lo nuestro. Llegamos a la altura del nacimiento, pero se los volví a ocultar para que pedalearan un poco más. El camino este es una pista muy mal mantenida, como tiene que ser: arenilla, piedrecitas y palos que obligaban a los chicos a ir atentos. 









La subida se estaba haciendo cada vez más dureta, y aunque fuimos parando a beber agua de vez en cuando, cuando les vi resoplando más de lo normal, volvimos sobre nuestros pasos hasta el lugar en el que está el nacimiento del río Aguas Blancas. Les expliqué el porque de su nombre, y la importancia del río, por ser el que surte de agua al pantano de Quentar. 












Nos hicimos unas fotillos y fuimos hacia el coche. Ahora toca bajada. Algunos consejillos de seguridad y p´bajo...

Llegamos al coche, cargamos las bicis y tiramos hacia Tocón. El tramo de carretera es muy bonito, y volvimos a disfrutar del espectáculo que es ver pedalear a los ciclistas en estos falsos llanos, a los chicos les encantaba darles ánimos. 









Llegamos a Tocón, hice un amago de volver a pedalear pero tenían más hambre que vergüenza, y estaban ya cansadetes, así que nos fuimos al restaurante a dar buena cuenta de unos riquísimos platos combinados: papas a lo pobre, a lo rico, choto, carne en salsa y unos huevos fritos; no abrieron el pico mientras comían jajajaja. 













Pero la excursión no acabó aquí. De vuelta a Granada, llegamos a la altura del pantano y me pidieron bajar a verlo de cerca; el agua, la cascada, las vistas, y bajamos a disfrutar del entorno y tirar más fotillos.













Bueno, el día ha sido de lo más entretenido y divertido, y por suerte no ha habido ningún percance, así que habrá que repetir...








El finde que viene...ya veremos cómo se da.



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